Este es un sitio de colores extraños, de montes pelados a poniente y verdes a levante, de fondos de plata y grises azulados de esquistos.. pero también de amarillos de oxido de mineral y verdes secos de los carrizales.
Todo ello está sutilmente delimitado, es continuo, nada es
fronterizo, los colores se degradan y mutan suavemente, algo que sólo el tiempo
puede conseguir, la ausencia de límites, la mixtura. La característica
fundamental de un lugar como éste es la transición, la transformación delicada
y sutil.
Éste es un lugar que
debió ser atractivo y que ahora aparece como impresionante, en el que la
memoria de lo artificial es mas importante que la presencia de una naturaleza
definitivamente secundaria.
Es un paisaje nítidamente artificial que carece de
artificios. Una artificialidad naturalmente emulsionada, llena de huellas y
cicatrices, un territorio tatuado con una hermosura atroz, beligerante y
antiartística, hermoso por efímero, destinado a
una continua destrucción y mutación.
El conjunto de estrategias empleadas se desplazan desde la
rotundidad de las infraestructuras, hasta la delicadeza de la restitución de la
naturaleza.
Las estrategias
duras, se basan fundamentalmente en el dragado de tres millones de metros
cúbicos de estériles que se re-localizan en las cortas de la sierra y en una
montaña- observatorio junto la zona del
Paturro, esta última con una capacidad de cuatrocientos mil metros cúbicos de
estériles, sellados y reforestados. Así mismo, se opta por la construcción
propuesta de construir un dique semi-sumergido que proteja las actuaciones de
dragado y sellado y limpieza de la
bahía.
Sobre la vertiente de poniente se sitúan los usos
relacionados con los deportes náuticos, cercanos a los núcleos de población, un
puerto deportivo de 870 puntos de amarre que en régimen de concesión correrá
con los gastos derivados del acondicionamiento de la zona.
Las estrategias duras, acaban construyendo unas líneas de
playa, la mayor, homotecia de la bahía original y otras menores construyendo
unas playas de pequeña escala y ligadas a la vertiente de levante.
Las estrategias blandas se centran fundamentalmente en los proyectos de actuación vegetal que pasan
por mantener una reserva natural de alto valor ecológico en la vertiente de
levante, dicha reserva se complementa con un proyecto sobre aves migratorias,
fabricando un sistema de lagunaje artificial conectado al conjunto de las
ramblas.
Entre ambas actuaciones, en el centro de la bahía se
recuperan los edificios históricos, la villa romana del Paturro y el lavadero
Roberto convirtiéndolos junto a la batería de la Chapa en las referencias
culturales de la bahía. Cerca del lavadero se construyen el Memorial de la
bahía, lugar de recuerdo del pasado reciente. Acciones blandas como jardines,
instalaciones deportivas, pasarelas, caminos peatonales y carriles bici,
construyen la urdimbre de la propuesta.