El
conjunto edificado se sitúa en el distrito de Moncloa en el centro de Madrid.
El suelo responde al derribo de un garaje interior y en esa liberación de
espacio se descubre un patio de manzana que debido a su acceso diagonal
configura un cruce de calle con cinco esquinas, caso singular en el conjunto
del barrio. El proyecto responde a esa situación enrocada e intenta resolver su
configuración desde una cierta adaptación a las condiciones del entorno, no
tanto desde la sumisión sino desde la proposición crítica. El edificio que
resulta es fracturado y de caligrafía diversa en su contacto con los distintos
lienzos urbanos y adquiere una presencia neta y singular en el remate de esquina.
En dicho punto, la edificación se retrasa ampliando el espacio público y
ocultándose a las vistas desde las calles cercanas haciéndose presente de forma
notoria tan sólo desde la calle de la Princesa a una distancia media