El área
del Molinete se encuentra situada en el corazón de Cartagena, definida por una
situación topográfica de especial complejidad. La intervención, pretende
enfrentarse a la degradación del entorno, en la medida de sus posibilidades
resolverlo, y actuar con decisión para no perder una oportunidad única en
cuanto a la noble y leal aspiración de avanzar en el camino del futuro.
Dos
elementos protagonizan el proyecto: el suelo y la valla.
Un pavimento continuo, de piedra del cabezo, que unifica las áreas
peatonales y las zonas de circulación rodada, y queda matizado por superficies
de albero permeables y aptas para la ubicación de espacies vegetales, y una valla; definida por una cinta ligera
compuesta por un bastidor de acero galvanizado y montantes de plexiglás de
distintos colores. Dicha valla de particular importancia, dota al sector de una vitalidad formal y cromática de la que
en estos momentos carece, y aporta un fondo a la ciudad construida y un limite
final al sector arqueológico. El color líquido y luminoso del polímero acaba
por concentrar la mirada y tamizarla, y de forma definitiva eleva a la
categoría de joya lo que en éste momento no es más que un basurero.
Es de
vital importancia para la zona la singularidad de los elementos de mobiliario
urbano, ya que en el de una zona históricamente degradada, no es posible actuar
dentro de los límites del éxito con lo común sino con lo extraordinario, no
tanto en el sentido de lo magnífico sino también en el de plantear escenarios
distintos y sorprendentes en el conjunto
de una actuación de extrema fragilidad.
La
ciudad necesita en su conjunto una dosis de frescura que la hagan salir de su
proverbial letargo, para en su activación penetrar en una época de modernidad y
desarrollo de los que en estos momentos carece.